Presidente de la Conasami

El salario mínimo 2021: un incremento razonado

La decisión de incrementar el salario mínimo y seguir en este rumbo beneficia a alrededor de 4.5 millones de personas de manera directa.

Luis Felipe Munguía

El pasado 15 de diciembre la Comisión de Salarios Mínimos tomó la decisión de incrementar el salario mínimo en 15 por ciento en las dos zonas salariales. El salario mínimo general pasó de 123.22 a 141.70 pesos, y en la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN) pasó de 185.56 a 213.39 pesos.

Este año, la decisión del incremento no fue por unanimidad, sino por mayoría. No es la primera vez que en el seno de la Comisión sale una propuesta de fijación sin unanimidad. Durante varios años (1998-2000), el sector obrero votó en contra de la propuesta porque los incrementos al salario mínimo eran demasiado bajos. La diferencia en esta fijación es que el objetivo del gobierno es distinto. El salario mínimo es una política pública que tiene el objetivo de beneficiar a los que menos tienen, en contraposición con la postura anterior que era controlar la inflación y mantener salarios bajos.

La Conasami recibió varias propuestas este año. Parte del mecanismo de fijación del salario incluye estudiar y analizar la propuesta del sector patronal, del sector obrero y de organizaciones no gubernamentales. Finalmente, la misma Conasami cuenta con un equipo de economistas que hace un análisis de las propuestas, de la economía, del mercado laboral y realiza varios escenarios para determinar cuál será la mejor fijación. Estos escenarios se presentan ante el consejo para debatirlo y tomar una decisión.

Dentro de las propuestas que recibió la Conasami, la mayoría de los sindicatos del sector obrero propusieron un incremento de 15 por ciento, sin embargo, también hubo propuestas cercanas a 30 por ciento. Finalmente, el sector empresarial, de manera más uniforme, presentaron un rango de incremento entre 4 y 10 por ciento.

Tomando en cuenta todos estos factores, la propuesta aprobada por los representas se basó más en elementos técnicos y empíricos sobre los efectos que puede tener un incremento de esta magnitud. El 15 por ciento es menor que el incremento que se acordó en los dos años previos, pero sigue en línea con el objetivo de recuperación de la capacidad de compra de los trabajadores.

Los estudios de Conasami consideran tres factores fundamentales: el costo que tiene para las empresas, las condiciones del mercado laboral y el impacto en la reactivación de la economía.

Se hizo un análisis para determinar el impacto en el costo de las empresas. Para esto se estimó cuántos trabajadores se encuentran actualmente en el rango de 123.22 y 141.70 pesos. Una vez detectados a todos los trabajadores por empresa, se tiene que calcular el costo del incremento. Este costo no es homogéneo. En algunas empresas la mayoría de los trabajadores ya están cerca de ganar los 141.70 pesos, y en otras, efectivamente, se tiene que hacer el aumento de 15 por ciento. En promedio esto arroja que el nuevo salario mínimo tiene un incremento de 0.4 por ciento en el costo de las empresas. Asimismo, esto implica que el incremento promedio real por empresa es de 2.23 por ciento, no de 15 por ciento.

Se estudió también el grado de competitividad del mercado laboral. Bajo el supuesto de competencia perfecta, las empresas no pueden decidir el salario del trabajador, ya que, si deciden bajar un centavo el salario, se asume que existe perfecta movilidad y los trabajadores pueden cambiar inmediatamente de trabajo. En la realidad esto no ocurre. Moverse entre empresas es difícil. Aunque una empresa decida pagar más por la misma profesión, si el transporte es caro, o si existen contratos favorables, el trabajador se queda en una misma empresa, a pesar de que las condicionales laborales no sean buenas. Por tanto, en estas circunstancias las empresas sí deciden el salario de los trabajadores, y al tener este poder de decisión, pagan el salario más bajo posible. En economía, este fenómeno se conoce como monopsonio.

En estas condiciones, el incremento del salario mínimo no sólo beneficia a los trabajadores que lo ganan, sino que además vuelve más eficiente al mercado. Las empresas que antes pagaban el salario más bajo posible ahora tienen que pagar un salario más alto, pero lo óptimo sigue siendo producir más (para minimizar su pérdida en costos), y lo único que se ve afectado son sus ganancias, que pasan de ser muy altas, a ser no tan altas.

En México, el mercado laboral se parece más a un monopsonio. Varios académicos mexicanos han estudiado el tema, y la propia Conasami tiene estudios que miden el factor de concentración que tienen las empresas. Esto nos da un mayor margen para los incrementos al salario mínimo y, por tanto, el incremento del salario mínimo no solo beneficia a los trabajadores que menos ganan, sino que vuelve al mercado de trabajo más eficiente.

Finalmente, se analizó cuál es la posible contribución que puede tener el salario mínimo para la reactivación económica. Según la literatura, en varios países se ha incrementado el salario mínimo en crisis y esto ha contribuido a un mayor consumo y dinamismo de la economía. Pocos estudios encuentran efectos adversos en el empleo, incluso en años de crecimiento económico negativo.

En el caso de México, tenemos como ejemplo a la ZLFN. En esta región, el salario mínimo es mucho más elevado que en el resto del país. El empleo en esta región se ha mostrado mucho más resiliente que el resto del país, se perdieron pocos empleos y, de hecho, en las últimas cifras el empleo está creciendo en comparación con 2019. Esto se debe en parte a que el salario mínimo redujo la rotación de personal en la ZLFN en 9.5 por ciento. Esto significa que, debido a que los trabajadores tienen salarios más altos, tienen menos incentivos a abandonar a la empresa en busca de otro trabajo, no que repercute en una mayor productividad y capacitación del trabajo. El consumo en la ZLFN es también más alto, lo que ha dinamizado a la economía.

Debido a la rigurosidad que se tuvo con el análisis del incremento, resulta poco probable que vaya a tener impactos adversos en el empleo y precios. Inclusive, cifras como el posible cierre de 700 mil empresas resultan inverosímiles, dado que según los últimos datos del IMSS, en México hay registradas cerca de un millón de empresas. El cierre de 70 por ciento de todas las empresas del país por un incremento en el costo laboral de 0.4 por ciento resulta algo difícil de creer.

La decisión de incrementar el salario mínimo y seguir en este rumbo beneficia alrededor de 4.5 millones de personas de manera directa, y el salario mínimo ha sido altamente progresivo. A la fecha se ha traducido en incrementos en términos reales del poder adquisitivo de 75.4 por ciento en la ZLFN y 24.0 por ciento en el resto del país. Sin duda, el incremento del salario mínimo es una buena política pública, y lo seguirá siendo en los próximos años.

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